Por Diego Calp
Antes de empezar, una pequeña aclaración. Todos estos procesos que se van a tratar, no son problemáticos per se; de hecho, son necesarios para vivir. El desarrollo de flexibilidad psicológica se lleva a cabo a fin de que la persona decida que contenidos verbales “comprar” y cuáles rechazar.
Aceptación: En este proceso lo que se hace es enseñar a la persona que los pensamientos, emociones y sensaciones físicas dolorosas son inevitables. Que en algún momento va a sufrir y que no es algo que tiene que intentar controlar o reducir (es decir, de hacer evitación experiencial), porque no es algo “malo” o “bueno”, sino que es solo lo que es. Sobre todo respeto a la conducta verbal, entendiéndose por esta, a los pensamientos.
Defusión: En esta habilidad, la idea es que la persona reduzca la fusión que existe entre ella y sus pensamientos. Entender de base que, los pensamientos no controlan directamente a la conducta, sino que están separados. Las personas pueden vivir en base a aquello que valoran más allá de los pensamientos que puedan existir. Lo que se trabaja tiene que ver con la capacidad de poder mirar o observar con perspectiva a los pensamientos, es decir, no verlos como parte de uno, sino como algo externo, separado.
Contacto con el momento presente: En este apartado, lo que se va a entrenar es la capacidad de estar presente en el aquí y ahora. Lo que se conoce comúnmente cómo mindfulness. Generalmente, sucede que cuando pensamos, al estar centrado en el contenido verbal de esta conducta, todos los estímulos de alrededor se suprimen. Esta práctica va a buscar que la persona vuelva a tomar contacto con el momento presente, con lo que se conoce como las funciones directas de las cosas (lo que objetivamente son) VS las funciones simbólicas (aquellas características que se le atribuyen y que están basadas en evaluaciones y juicios).
Yo-contexto: Para está habilidad, se va a buscar que la persona comprenda que el no es sus contenidos verbales, o su historia verbal. En este sentido, se puede entender que somos como un enbase que contiene a los contenidos verbales, pero no somos dichos contenidos. Muchas veces, quienes tienen problemas en este apartado, pueden pensar que son fracasados, por ejemplo, y no que en realidad, no son dicho contenido verbal.
Valores: En este proceso la idea es buscar aquellas cualidad que la persona elije para vivir su vida en plenitud. En este caso, es importante asegurarse de que dichos valores tengan como fin una vida plena realmente sean elegidos por la persona y no una imposición; y, además, que no se trate de un deseo superficial, debido a que esto podría generar el efecto contrario.
Acción comprometido: Finalmente, en este proceso, lo que se va a buscar es que la persona dirija su vida y sus conductas en base a sus valores. Se trata de una acción comprometida, porque la persona se esfuerza para, en caso de desvío de sus valores, retornar al camino para seguirlos.
Mandil J. et al (2017). ACT. Terapia de aceptación y compromiso para adolescentes. Editorial Akadia. Buenos Aires, Argentina. IBSN: 9789875703179.
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