Por Diego Calp

Por un lado, se encuentra el sexo, que es la parte biológica con sus respectivos órganos. Por supuesto, aquí también se tienen ciertas características que influyen en la mente, según influencia hormonal, cromosómica y cambios en los neurotransmisores; los cuales se originan en factores tanto genéticos como biológicos, por ejemplo, las personas de sexualidad masculina tienen una erotización visual, mientras que las de sexualidad femenina es táctil; o, verbigracia, las personas de sexualidad femenina pueden prestar atención a múltiples cosas a la vez, mientras que la persona de sexualidad masculina solo puede mantener su concentración en una sola actividad; también, se puede decir que las primeras tienen una mayor sensibilidad emocional y capacidad de empatizar, mientras que las segundas tienden a enojarse con mayor facilidad debido a la influencia de las testosterona. Aunque, por supuesto, siempre hay excepciones. Lo que implicaría que personas de sexualidad masculina podrían cumplir con características de la sexualidad femenina y a su vez las de sexualidad femenina con características de la sexualidad masculina.

Luego está la parte del género que es lo establecido por la sociedad. Que tendría utilidad justamente para ampliar las diferencias que ya tenemos en la parte biológica; pero por supuesto eso no lo hace dejar de ser construcción. Entonces, el género es justamente el conjunto de estereotipos establecidos en una sociedad para hacer una mayor discriminación o discernimiento de la biología del otro. Por ejemplo, sería la vestimenta, el nombre, los gustos, la forma de caminar, la pantomima, es decir, tanto las diferencias de comunicación verbal como no verbal, etc. Son todas cosas que se establecen a partir de qué el ser humano empieza a interactuar con otros, es decir en la etapa de socialización primaría; que es fundamental porque en esa etapa los padres empiezan a construir significados en el niño. Estos significados tienen estás diferencias estereotípicas, por eso puede pasar que una persona destinada a cumplir un rol que le corresponde como niño según lo establecido, termine identificándose como una niña; es por el tema de los significados.

¿Pero por qué es una construcción social? Porque justamente, son todas cosas que crea el ser humano en su calidad de homo-faber, y que, por ello, lejos de ser naturales son evidentemente artificiales o construida. Una forma de entenderlo es con los animales; el ser humano es un animal social y eso lo diferencia con el resto de los demás. Los animales viven desnudos, el ser humano nace desnudo, pero a continuación crea una vestimenta artificial para abrigarse, que luego paso a ser por el pudor de la religión. Ya que las partes íntimas son íntimas porque así lo decidió la religión. Entonces, el hecho de nacer desnudo está claro que no puede destinar a una persona a usar pantalón en vez de falda. Otro ejemplo, el nombre Andrea en Argentina es de mujer, en Italia de hombre; la falda es de mujer acá y en Escocia de hombre, es porque las construcciones culturales son diferentes. Entonces, el rol es eso. Básicamente si a uno le gusta el rosa o el azul, la vestimenta, el nombre que uno tiene. Un poco más profundo sería si uno es un hombre sensible o una mujer recia; otra cosa que estableció la religión, el hombre no debe sentir emociones (como llorar), la mujer sí; o, el hombre es el sexo del vigor, la mujer el de la debilidad. Por otro lado, también el tema de la depilación. Que también es parte del género de la mujer, pero naturalmente, antes nadie se depilaba y se estableció mucho después.

Por lo general, cuando se busca contraargumentar la identidad de género, como construcción social, se habla de casos de transespecie. Esto no es lo mismo y constituye una falacia de falsa equivalencia, ya que, el animal no es una construcción social, como lo es el género; por lo cual no sería posible que una persona se identifique con algo biológico que no posee. Es decir, no sería posible que una persona se identificará como un animal, porque no puede percibir el cuerpo de ese animal en si mismo; no es posible que sienta sus cuatro patas, por ejemplo; o su pelaje. De lo contrario, y de realmente identificarse así una persona, tendría que hablarse de una psicosis, debido a que hay una distorsión de la realidad, en la cual una persona cree que tiene algo que realmente no posee.

También, otro contraargumento muy común es la transedad. Este concepto, si bien no es correcto, ni existe realmente, se puede dar casos específicos en las que personas se sientan mayores o menores, dentro de lo que se refiere a la madurez, como en las personas que se encuentran en la tercera edad, y para quienes puede resultar beneficioso, ya que, muchas logran hacer más actividades gracias a su percepción más joven. El problema subyace, en realidad cuando la persona adulta se identifica como un niño; por ello es considerado como un trastorno llamado inmadurez crónica, en la cual la persona es psicológicamente inmadura y puede llevar a ser más dependiente, por ejemplo. Se habla de trastorno, cuando la estructura de la mente y la conducta, no coinciden con los pensamientos y creencias establecidos en una sociedad; en especial, cuando otra persona se ve afectada o en peligro. En este caso, puede hablarse de un posible peligro hacia los niños; dado que la persona adulta que se autopercibe como un niño, podría buscar pareja de la esa edad con la que se identifica. Además, no resulta posible que una persona adulta se identifique con un niño, por la misma razón que una persona no puede autopercibirse como un animal; puesto que biológicamente sería distinto debido al crecimiento y posterior envejecimiento, el cual no es referido tanto a la edad, ya que una persona de 40 años que cumple 42 no podría notar grandes cambios, si se puede observar desde distintas etapas de madurez. Si una persona de 50 años realmente se identificará como un niño, tendría que creer que su cuerpo es del mismo tamaño que el de uno, que no tiene músculos, que su voz es aniñada, que no tiene vello púbico o en la cara y que es incapaz de eyacular. De realmente creerse en la anatomía de un niño, nuevamente habría que hablar de una percepción errónea de la realidad, de una ilusión.

Conclusión: Debido a la influencia genética y biológica, el consenso científico considera que estos podrían ser fomentadores de una u otra identidad de género en el futuro. A lo cual, podríamos sumarle las etapas de socialización primaria y secundaria, momentos en los cuales se invita y se termina de construir la psiquis de una persona y, por tanto, su identidad de género.

Categorías: Reflexiones

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