Por Diego Calp

En los últimos meses, el fanatismo conservador, ha estado abogando por demostrar que la homosexualidad es un trastorno mental, y que fue extraída del manual de trastornos mentales, por presión política.

Mi pregunta es siempre la misma. ¿Qué piensan estás personas que hay que curar?

Hablemos primeramente de algunos trastornos, para poder comprender mejor por qué la homosexualidad no lo es. Por ejemplo, una persona con TOC, podría decirse que sufre un gran malestar, porque muchos de los rituales que realiza para evitar sentirse mal, le llevan mucho tiempo y esto afecta su vida cotidiana. En la misma línea, se puede hablar del trastorno de ansiedad social, en la cual una persona siente un gran malestar o ansiedad, frente a situaciones sociales o, más bien, a la evaluación negativa por parte de los demás; en ese sentido, si la persona desea hacer amigos o dar una exposición oral frente a otros, posiblemente o le cueste mucho o simplemente no lo consiga.

Desde otro extremo, se puede hablar sobre un psicópata que ataca a una persona, si bien suele decirse que lo hace porqué es un enfermo, en realidad está definición de una persona con dicha personalidad es un error. No es posible decir que un psicópata, tiene una psicopatología; sino, más bien, que tiene un trastorno.

¿No sé supone que psicopatología y trastorno son la misma cosa? No. Lo cierto es que existe una diferencia. Está es qué, una psicopatología siempre será un trastorno, mientras que un trastorno no siempre es una psicopatología. ¿Cómo es esto? Muy simple. Para denominar psicopatología a un trastorno, es necesario que esté genere malestar en la persona que lo posee. Por otro lado, se habla de qué quien infringe las leyes, interfiere en la vida de los demás y genera daño material e inmaterial, tiene un trastorno de personalidad antisocial. En estas situaciones, se habla de trastorno, no porque genere malestar en quien lo tiene (puesto que no lo hace), sino porque genera daño en otra persona. Es decir, que todas aquellas características de la personalidad y de la mente humana, que tengan propensión a dañar a alguien, son considerados como trastornos. ¿Por qué? Por el simple hecho de que no se adaptan a la sociedad y sus creencias.

Ahora bien, cable aclarar una cuestión que puede llegar a confundir un poco. En la ansiedad social, el afuera no es el que genera el malestar que hace que una persona se sienta ansiosa, sino que es lo que está adentro lo que predispone el malestar. Sí una persona no se anima a acercarse a otros por vergüenza, no es porque ellos estén mirándolo mal, sino por un pensamiento fabricado en su propia mente que le hace creer que esas personas se burlaran de ella.

La razón de que tome tal ejemplo es que nunca queda quien diga que los homosexuales sufren depresión. Y mi respuesta es que, no es lo mismo que una persona discrimine abiertamente a un homosexual por pertenecer a esta orientación, que qué una persona con ansiedad social crea que la van a discriminar cuando de por medio no haya nada que indique que así será.

Categorías: Reflexiones

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