Por Diego Calp

Hace poco describí el significado de la identidad de género en una reflexión y, por ello, hoy quiero hablarles del trastorno de disforia de género.

Debo aclarar, antes de empezar, que esto no es más que una reflexión escrita por un alumno de tercer año de psicología, por lo que es posible que cometa algunas equivocaciones. Mi idea es poder explicar o facilitar la definición de disforia de género, como es vista desde la psicología o la psiquiatría; razón por la cual, no puedo dejar de aclarar que este escrito estará basado en el DSM-5.

Como explique en la reflexión sobre la identidad de género, esta tiene, por una parte, factores biológicos y por otra sociales. Estos últimos son los que se asignan a través de la socialización primaria, por medio de los significados que padres y tutores inculcan a sus hijos, y que estos asimilan sin ningún cuestionamiento o de forma inconsciente. Pero, en realidad, en el caso de la disforia, esta no se da automáticamente en la persona. Como ejemplo, supongamos que una persona, de sexualidad masculina, vive en una familia conservadora y que desde siempre se identificó como mujer. Está claro que su familia se va a basar en lo socialmente normalizado y la va a tratar como un hombre siempre, a pesar de que ella se sienta diferente. Entonces, podría sentir una confusión enorme y, de ahí, puede llegar a darse el malestar psicológico, que da origen a lo que se define como disforia de género. Es decir que, la disforia de género es, precisamente, la no identificación del género asignado por lo normalmente establecido en una sociedad determinada. Es decir, para separar un poco las cosas. A la persona le asignan un género en el proceso de socialización primaria sus padres (lo que se da cuando la persona es muy pequeña, es decir, la primera vez que interactúa con sus padres y cuando psíquicamente está listo para aprehender significados). Claramente ellos no saben que la están educando con ciertos estereotipos de género que no son los normalmente establecidos (de saberlo harían todo lo posible por evitarlo), entonces ellos asignan el género opuesto (por decirlo de alguna manera, no del todo correcta, pero sencilla al fin). Después de ello, esta persona continuara identificándose como una niña. Pero, en un momento dado, su familia y, aún más, su entorno social (proceso de socialización secundaria) le van a asignar un género y ese género va a ser el que esta normalizado por la sociedad, es decir, según su sexo o genitalidad; y esa asignación social va a ser la que va a generarle malestar por no identificarse con ella.

Categorías: Reflexiones

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