“Informarse”

En la actualidad, la información, es un tema que resulta de suma importancia. No se trata de un mero entretenimiento, sino más bien de una necesidad por saber lo que no se sabía hasta el segundo anterior. Porque, precisamente, en eso consiste informarse, en conocer aquello que hace dos segundos alguien más nombró, y que uno mismo no conocía.

Por más que esto parezca, a primera vista, una gran ventaja, una forma de alimentar el conocimiento y, por qué no, algo para celebrar a los adolescentes (es decir, que quieran adquirir conocimiento), yo le veo un tinte bastante negativo al asunto. Tiene que ver, justamente, con esta idea, no de querer saber algo, sino de querer averiguarlo “ya”, en el momento. Antes las personas leían y estudiaban, ahora solo hace falta internet para que alguien adquiera la información menester para debatir un tema. Ahí es donde se pierde la gracia del conocimiento, de la constante búsqueda del saber. Porque las personas, ya no tratan de mantener en su memoria algo que leyeron, ahora, simplemente, buscan informarse de algo en el momento, algo que probablemente en un rato olvidarán, para no quedar como unos ignorantes frente a los otros, y poder llevar a término su excelso debate.

Es algo simplemente sublime, porque hace pensar qué, en un futuro no muy lejano, las personas ya no retendrán nada en la memoria, solo necesitarán buscarlo en un ápice de segundo en internet. Es curioso, siento que, en el fondo, la ignorancia es un paraíso al lado de la idea de encontrarme con un conocimiento de tan fácil acceso. Creo que prefiero que la versión más larga, la de leer y estudiar. En la que, realmente, tenga que hacer un esfuerzo, ya sea de comprender realmente lo que estoy leyendo, o de retener en la memoria ese nuevo conocimiento. Se trata, pues, no solo de la adquisición de ese saber, sino también de un desafío y un entretenimiento que lleva tiempo de realizar; quizás sean estas tres características las que hacen tan valioso al conocimiento.