Por Diego Calp
Es importante evitar creer en las verdades absolutas. El hecho de ser terco o evitar transigir, no sienta la posibilidad de considerar que a veces uno puede estar equivocado. Es decir, es sensato defender los propios argumentos en un debate, pero para que este sea fructífero es menester estar abierto a la posibilidad de transigir; si es que consideramos razonable lo que dice la otra persona. Si no es así, está claro que uno se mantendrá fiel a su creencia. La creencia justamente proviene de como percibimos nuestra realidad social. Es decir, que al percibir la todos de una forma distinta, solemos tener diferentes ideologías y la verdad para uno no siempre es la misma que para otro. Por esta razón, resulta mucho más sencillo aceptar la posibilidad de que uno, o este dentro de lo probable o dentro de lo improbable; dejando a la ciencia como lo más probable, siendo está constatable.
Ahora bien, ¿por qué es importante esto? ¿por qué es conveniente creer en la posibilidad de no estar en lo cierto siempre? Primero hablemos de la felicidad. Cómo bien dije antes, por medio de la percepción cada persona comprende su realidad social y de esta nacen sus pensamientos, sus creencias e ideologías. Dentro de esta, también podemos encontrar el objetivo que uno creé que tiene si vida. Verbigracia, algunas personas creen que la plata es su forma de llegar a la felicidad. Estás personas no se equivocan, como creen los defensores de lo emocional; es decir, aquello que consideran que la adquisición de capital o bienes materiales simplemente no puede llevar a la verdadera felicidad porque es algo vacío. Eso es una completa falsedad, si la persona percibe que el dinero la hará feliz, es factible que realmente suceda. La cuestión es otra, y es justamente lo finito de estos bienes. Así es, lo que los hace sentirse vacíos a algunos es el hecho de que, cuando lo tienen todo ya no tienen nada. Se que suena paradójico con lo que acabo de decir, pero no es por el hecho de que carezca de algo emocional o profundo, sino por otra razón; esta es que cuando lo tenemos todo, pasado un tiempo nos aburrimos de esto y deseamos otra cosa; generándose una frustración por la carente posibilidad de descarga del deseo o falta de motivación.
Con el conocimiento, como con otros aspectos de la vida, esto no sucede. Ya que, este es infinito; hay muchas cosas que aún no sabemos y que jamás llegaremos a saber algunos, mientras que otros quizás las lleguen a conocer. Y es por esta razón por la cual debemos mantener el templo del conocimiento abierto a cualquier saber. Porque precisamente, el mantenerse contumaz cierra las puertas a posibles conocimientos que se ocultan en el saber de los demás.
A veces la duda también resulta necesaria para no terminar alienado en una ideología. Ya que, una vez que se empieza a creer en sus reglas, se puede terminar creyendo que todo lo que está filosofía sostiene es completamente verdad. Y, así, terminamos por perder el pensamiento propio y dejamos que otros razonen o dirijan nuestras vidas. Es importante siempre desconfiar de una ideología.
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